martes, 31 de marzo de 2009

Run

Run away from all your boredom...
Corre.
Podrías hacerlo así, hasta la eternidad.
Dar vueltas y más vueltas al parque hasta limpiar la última gota de veneno que le has inoculado a tu cuerpo.
Aprender de nuevo a respirar mientras se agotan las bolsas de oxígeno en tus pulmones.
Correr al ritmo de Placebo, de Manu Chao.
Tus tobillos son ahora la guitarra ahora la batería.
Los músculos de tus piernas son un grito de llegada.
Las rodillas, el agujero en el que nadamos cada día con la esperanza de alcanzar el otro lado.
Los brazos, la voluntad de no decaer, que no se note que puedo caer, que no dejaré que te empujes.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Elogio de la sombra



"Los amantes exactos tienen una sola sombra"
Rafael Pérez Estrada

Foto: mimalapalabrahn.blogspot.com

martes, 24 de marzo de 2009

Bartleby

Pronuncias una palabra clave: amanuense. Preferiría no hacerlo. Yo también soy Bartleby. Cualquier día quiero permitirme el lujo de sentenciar eso en su cara. Preferiría no hacerlo. Y esperar pacientemente a ver cómo reacciona ante semejante cátedra.

Quiero a Bartleby (también a Vila-Matas y su listado). Me lo traería a casa y lo dejaría sentado ante las macetas de los tulipanes y las hortensias observando los cambios que se producen por minutos, por horas; soportando la función repeat en la música (ayer, Bat for Lashes: What's a girl to do); el martilleo de ese pensamiento que gotea como un grifo mal cerrado.


Le contaría que lo conocí en el trayecto de autobús Sevilla-Mérida, que lo reconocí, que algún día quiero fotografiarlo. Que pensaré en él cuando pruebe el jengibre, que pienso en él cuando oigo hablar de Wall Street y del hundimiento del capitalismo, si se escucha una voz al girar la llave. Que con él me río de los subversivos, de algunos métodos de resistencia, de la violencia como método. Yo también preferiría no hacerlo, Bartleby. Algún día.

Ilustración: Thomas Escher / www.escher-illustration.com

jueves, 19 de marzo de 2009

Ficciones 4

La observo sonreír y deleitarse con las distintas posibilidades, con esa mezcla de curiosidad paciente que transforma cada día en un lugar más habitable. Las ganas son evidentes, por eso se muerde el labio y quizás estruja las piernas por debajo de la mesa. Parece decir: si el presente es fugaz, hazlo perdurar. Al final, eso hacemos todos. Agarrarnos al placer y sostenerlo en el tiempo, en esa mezcla de curiosidad ingenua que desvía la experiencia y que hace posible estremecerse ante algo como si fuese nuevo y no tuviese fin.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Sí, algo me llega

¿Cuántos descubrimientos caben en un par de días?

El chocolate infinity de Magnum, la poesía de Karmelo C. Iribarren, lo feliz que vivo sin telediarios, cómo una primera cerveza en el Salvador acaba siempre convocando a una segunda. Las ilustraciones de Jimmy Liao, la precisión de sus dedos en la fase del sueño, Tom Waits llamando a Martha a través del teléfono, lo sabrosas que son las hamburguesas de pollo del mercado de San Bernardo.

Que cuando no se tienen argumentos fundamentados, refinería sí o refinería no acaba siendo un reflejo de otras de nuestras opiniones. Y refinería no, por supuesto. Que para caminar de tres en tres baldosas hay que forzar el paso y para no pisar la línea, andar de puntillas. Que no entiendo cómo no me he viciado antes con Radiohead.

La letra de ‘Common People’ de Pulp y los ritmos de Kaiser Chiefs. Reconocerme “demonizada” en algunos poemas de Iribarren, reír leyendo poesía. Las siestas ‘minutito uno’ en el sofá, confiar que te gustará el libro.

Ritual sangriento
Dejo el periódico sobre
la barra. Enciendo
un cigarrillo. Tomo
el primer trago de café. Otra
calada, y después otra más
fuerte. Ya está. Ya estoy
en marcha, me digo. Ya puedo
hacerle frente a esta locura.
Ahora, a ver si hay suerte
y algo me llega al corazón.

Karmelo C. Iribarren /'Serie B'

martes, 17 de marzo de 2009

Radiohead

Él se aleja en la moto a toda velocidad después de haber cometido un asesinato, mientras suena enfurecida la música de Radiohead. Sí, quizás sí. Consigo visualizar a Urbano-Inocencio enganchado a esa letanía, a esos acordes repetitivos, oscilantes, con la mente y el alma pasando del frío al calor; devorando papel, devorándose a sí mismo.

Pero también visualizo a alguien perdido entre la masa, que se para de repente y que, aún así, no consigue obstruir el paso de la gente que camina a toda prisa, que no se mira, que no siente. Y él ahí parado, mareado, con ganas de vomitar, paralizado por decenas de imágenes de personas que gritan, que se pelean, que destruyen.

Mientras, en otro rincón del planeta, ella y él saltan un muro de piedra para bañarse de madrugada en una piscina. Se desnudan, se acarician, se lanzan al agua, se acarician más, bailan, ella se demoniza y él se alegra por fin. Tú sí que sabes… Pero, como en ‘Los amores ridículos’ de Milan Kundera, los papeles asignados se asemejan demasiado a otra realidad y la duda, la sospecha, acaba devorándolos.

Hay un lamento animal en las canciones de Radiohead. Devora al prójimo como a ti mismo.



'Diario de Golondrina' - Amélie Nothomb
The Best of Radiohead

martes, 10 de marzo de 2009

Hoy

Dejar que los rayos de sol penetren en la carne. Más cuando el estómago y el corazón han dejado de caberme en el cuerpo y siento que estoy a punto de explotar de hiperactividad a las nueve de la mañana. Dejar que el mundo sea un paseo hasta alguna parte, un chorizo blanco, una cerveza alemana y la música de los Pulp.

Pedir sol y obtener río. Querer más música y que me la regalen. Desear vivir y que la vida se cuele a pequeñitos fragmentos, con el sabor a gambas de Huelva. Espero que se pase pronto y que las ideas se construyan como un patchwork, con rosas azules en las que depositas alguna esperanza, como en el resto de supervivientes.

Escribir sol y que el sol salga…

jueves, 5 de marzo de 2009

Praxis

Ejercicio práctico 1

Ahuyento el miedo de las vendas (recuerda, Sonia. El miedo es tan sólo una premonición) y me quedo con la sensación de haber visto una buena película un lunes cualquiera en una ciudad que no se caracteriza precisamente por eso.

¿Qué haríamos todos los que vivimos aquí si un día nos decidiésemos a participar en las actividades culturales que se programan? Voy más allá. ¿Qué haríamos los que vivimos aquí y tenemos un mínimo de inquietud si nos decidiésemos a involucrarnos más? Un poco más.


Mérida no es de nadie. Mérida es de todos. Eso es una obviedad. Y, sin embargo, la mayoría nos limitamos a pasar a toda prisa por la calle Santa Eulalia, a atravesar el puente y a quejarnos de lo moribunda que está la ciudad. A observar como desde lejos; así, que no nos toque; la realidad diaria.

No olvides que un lunes has visto una buena peli en el cine fórum. Y que, al final, si no tienes miedo de las vendas, tampoco de los desconocidos. A ellos siempre les preceden sus pisadas.

Foto: 'Los cronocrímenes' de Nacho Vigalondo

Ejercicio práctico 2

Hay ejercicios saludables que no necesitan respuesta. Acepto lo que son: un ex abrupto en medio de algo más grande. Sobre todo, el tiempo que pasa. Los posos que juguetean en la taza del café. Esos hilos de la memoria que nos pertenecen, nos explican y que no nacen buscando un fin.

A veces visualizo que volvemos a encontrarnos y hay un diálogo fluido. Suena una risa y no importa nada más. Un abrazo de siglos y sobran las demás explicaciones. Otra botella de vino. Algo más de amable conversación, pequeño.

A veces no es necesario resucitar a los fantasmas. Con saber que están ahí…