lunes, 21 de abril de 2008

Las flores se pudren...

... Sí, se pudren. Se secan. La belleza es efímera, dicen. La pasión se acaba, a veces el amor solidifica, otras se encostra. La ilusión se pierde. Los ideales se venden. No sólo las flores se pudren. Las mentes también lo hacen. Los culos se agarran a la silla con más fuerza.

Pero estos días le ha nacido un tercer tallo a la flor que creía muerta. Nuevo, fuerte, firme... y, una vez más, encuentro en la naturaleza todas las palabras que sobran. La simple voluntad de resistir.

miércoles, 9 de abril de 2008

El hilo

Una cometa vuela en la playa de la Malvarrosa como intermedio sin pausa entre las vacaciones de fallas y la semana santa. La familia ha vuelto a reunirse sin más motivo que estar. No hay celebraciones ni liturgias. Sólo días para estar.

A mi padre le gustaban mucho estos saraos, desde las aglomeraciones de gente hasta los fuegos artificiales. Un buen chocolate con churros, la última recomendación financiera, no quedarse quieto.

Ahora está quieto y lejos y yo también he querido mantenerme alejada para no depurar la tristeza colectiva con una sonrisa de resignación y un apretón silencioso de manos. Prefiero verlos desde aquí, intuir sus gestos, sus risas. Prefiero no evidenciar la ausencia. Pensar tan sólo en el hilo que sostiene a la cometa y que a nosotros nos mantiene en pie, a pesar del viento.

miércoles, 2 de abril de 2008

Feliz abril

"Sólo una cosa no hay. Es el olvido"
Everness, Jorge Luis Borges

No me gusta el significado de algunas palabras. El de la palabra necesidad, por ejemplo, porque deposita fuera de ti, lejos de ti, la posibilidad de saciarla. Estabilidad, porque simboliza una línea recta, un trazado predefinido, costumbres, horarios, ritos. Hogar, porque ya he perdido varios y, si construyo otro, tendré que defenderlo con uñas y dientes, incluso por encima de mí misma.

Prefiero el concepto sostenerse en equilibrio al equilibrio puro. Balancearse, tambalearse, dar un paso mirando los pies, intentarlo esta vez con la vista fija en el horizonte. Un ligero traspié, ¡uy!!!. El riesgo, el aprendizaje, casi...

Me da alergia el adiós, porque deja vacíos que tendrás que rellenar de alguna manera. Por mucho que crezcas en otras plazas, ríos, tiempos... no dejará de ser nadar contracorriente, alejarte, huir.

No me gustan las palabras seguridad, protección, certeza, porque las busco y las rechazo en la misma medida. La interpretación de la palabra lunes, porque no se merece la pereza que significa; el compromiso, porque deja pocas alternativas de sumisión. Pero, sobre todo, detesto el olvido, porque no admite alternativa. Ninguna.