Casi tengo que cohibirme de decir que ha sido un año de puta madre porque no quiero tentar a la suerte y que la muy caprichosa se tuerza, así que lo dejaremos en que ha sido un año intenso, de muchas raíces plantadas, de virguerías monetarias y pequeñas islas que crecen, crecen, crecen…
En este tiempo, hemos recorrido Extremadura de punta a punta y no me canso de mirarla. No sólo los campos de encinas, olivos, vides y alcornoques, tan generosos y rotundos; sino paisajes concretos, como las chimeneas de San Jorge de Alor, el castillo de Alburquerque, el puente de Alcántara por la noche y la lluvia como excusa en Madrigal de la Vera. La luna llena, gorda y roja, que siempre nos sorprende. La iluminación de Trujillo, el polígono donde ensayan los grupos en Badajoz y aquella casa abandonada de Cáceres. El teatro romano de Mérida por los siglos de los siglos y una función infantil en el de Regina.
Hemos pasado muchas horas en la carretera pero también entre cuatro paredes y unos cuantos bares, de día, de noche, famélicos, agobiados, borrachos, espitosos y a gustito.
He conocido gente de esa que, como dice Bunbury, provoca que tengas que quitarte el sombrero y que hace que te sientas obligado a responder con lo mejor que tienes. Gente que me ha inspirado otras búsquedas, que me ha tenido un tiempito retenida, pensando, queriendo más, más magia por favor…
He sentido ganas de bailar danza africana, fotografiar barcos varados o esculpir vías de tren. Pintar un cuadro, jugar con la geometría, ser mimo, cantante pop con gafas de pasta, bibliotecaria, arqueóloga, actriz. He visualizado las chispas que saltan en el cerebro cuando las ideas surgen, se contagian, se expanden y me he dejado llevar, a veces por choque, otras por ondulación.
También ha habido cansancio, frustración y enfado pero, al final, ha sido un buen año de movimiento, aprendizaje y crecimiento (gracias, Zaca; gracias, Chema).
La “periodista, periodista”, que decía Jauregui, resulta que cada vez tiene más claro que no le gustan ni los despachos ni los pasillos ni las lecciones aprendidas. Es lo que tiene no llevar reloj, que probablemente llegues tarde y al sitio no mandado…
Dicen que la cultura es un lujo y, quizás, por eso me siento tan privilegiada.
martes, 10 de noviembre de 2009
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4 comentarios:
¿PA? ¿Progresa Adecuadamente?
Ay, sí: Jáuregui. La periodista, periodista. La periodista completa. Ésa eres tú.
Por cierto, Ricardo tiene blog. Y muy interesante. Si entras en el mío, verás en un enlace no sé qué del Rif. En amigos, of course.
ay! cómo te entiendo! me alegro que tu isla te dé tantas alegrías y que hayas sido tú la que cogió el testigo de Chema, nadie lo habría hecho mejor.
Besos
por cierto... no era por estas fechas tu cumpleaños??? felicidades!
Son las 00:23 horas del 11 de enero de 2010. Acabo de leer este recorrido y sólo tengo una palabra:gracias.
Lo demás no importa cuando sientes que lo que haces emana de tus propias carnes, ¿qué más se puede pedir?
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