Me produce una sensación extraña desayunar y comer en Valencia, con un niño de dos años que aprende a decir "tía Sonia" mientras me reconoce; tomar café en Sevilla y cenar en Mérida, con un gato de ocho kilos y medio que aguanta como puede los controles de aeropuerto, los vaivenes y esperas, los maleteros de autobús.
Cada vez, me producen sensaciones más extrañas la distancia, el tiempo y los signos de puntuación: punto y coma, punto y seguido, punto y aparte.
lunes, 18 de enero de 2010
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1 comentario:
Para mí el punto y coma desde luego que es pal que le cae... :)
Tía Soni, vaya viaje sentidito, eh?
Y porque Galicia y Lisboa quedaban a desmano!
Welcome back!!
¿Dd se vota la isla? ¡No me enteré!
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