Abro un paréntesis.
Como si nada de lo que he vivido lejos de aquí existiese. Como si me hubiese quedado anclada en los veinte años, en las mismas calles, en una sensación de vacío ante el tiempo.Tiempo suspendido.
Aquí el puente es el que conduce hacia casa de Cristina, donde siempre puedo volver a recostarme en su sofá para escuchar historias de la vida cotidiana transformadas en comedia, en drama, en tragicomedia la mayor parte de las veces.
Pero llega un niño con su lenguaje incomprensible y sacude el tiempo mientras sonríe a la cámara de fotos. No eres de aquí. No estás. Y eso cierra el paréntesis, devuelve a la realidad todo lo que ha existido por el camino. La distancia que se palpa.
miércoles, 20 de mayo de 2009
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1 comentario:
Eso pasa cuando se vuelve. Eres de allí, pero no eres. Estás y no estás. A un lado y al otro.
Los que somos emigrantes lo sabemos bien.
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