martes, 24 de febrero de 2009

Babylon Plant

La estructura molecular flota. ¿En el hiperespacio o en líquido fetal?

No. No son partículas. Veo tu cara entre las miles de caras de personas que se mueven a toda velocidad. Hay masas de coches atrapadas en el tráfico, acelerón-frenazo, cincuenta metros hasta el siguiente semáforo a toda velocidad. Apuesto a que en uno de esos coches alguien escucha ‘Everybody hurts’ de REM. Alguien llora agarrado a un móvil. ¿Cuántos basfleman y no cambiarían esto por las ‘Jurdes’? O directamente flipan con las luces de neón.


No son microorganismos. Son océanos de dinero en circulación. Chorros de dinero… ¿quién da más? ¿Qué imagen hay en los billetes de 500 euros? A este paso nunca seré rica… ni tendré motivos para salir en una película. Los objetos de la cotidianeidad se reducen a nuestra nanoimportancia. Con ritmos propios, colores, hasta texturas. ¿Quién manda? ¿Quién pilota la nave nodriza? Esto es un juego ¿sólo visual?

Foto: Essl-Award

'Babylon Plant' - Jakub Nepras, Centro Cultural Belém (Lisboa)

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