martes, 15 de febrero de 2011

Reprogramación

El 12 de febrero, después de dos años de ausencia, florecieron los tulipanes. No sé si esta flor tiene la propiedad de cambiar de color pero la primera vez que los vi eran naranjas y, ahora, son amarillos. A parte de esto, lo que espero es que no vuelvan a desaparecer otra vez tanto tiempo.

Son las flores las que me dicen que, a pesar de la lluvia, se está acercando la primavera; que los ciclos no se detienen, que el tiempo avanza y, si él se mueve, yo no me puedo quedar parada.


Y si no es posible hacerlo de golpe, pues se hace a cómodos plazos de 10 meses, así que este 16 o 17 de febrero le daré la bienvenida a mi casa a un ordenador, ¿o debería decir un Mac?

De momento, sin internet, sigo prefiriendo la radio y los libros cuando mi cerebro no se soporte, pero tendré un iMac para aprender a jugar con las fotos y con los programas de edición de video. Para ver películas como “El manantial”, “El luchador” o “Johnny Guitar” o tantas otras que me sorprendan. Para escribir los artículos que me encarguen o lo que sea capaz de inventar.


El 22 de marzo tengo cita médica, todos los jueves con el dentista, los lisboetas quieren venir a Badajoz en Carnaval, la primera semana de marzo localizamos en la Sierra de Gata y Las Hurdes y el día 12 tengo una boda. Todavía no hay fecha para viajar a Roma o volver a casa pero mi cerebro ya está pidiendo concreción, no sea que venga algo a sorprenderme y desbarate tanto movimiento programado.

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