miércoles, 12 de agosto de 2009

La bici

Parece que me quedo sin aire, que las piernas no podrán aguantar pero mi mente dice que sí, que soy capaz y llego al final de la cuesta resollando, destrozada, sin poder pedalear más pero aprovechando la inercia de la pendiente. Entonces, me deslizo, me acelero, mientras la respiración vuelve a su ritmo, puedo volver a mirar alrededor y no sólo fijarme en alcanzar la meta.


Así es un tramo del camino cada vez que voy al trabajo en bici y últimamente lo hago a menudo porque el esfuerzo físico me depura. Pero también porque ese momento del día, ese trozo concreto del camino, resume la intención. Se convierte en una metáfora del resto de acciones e imágenes que me acompañan. Subir y bajar. Creer que no lo consigo o sentirme imbatible. Esforzarme más, y más y más, o servirme del impulso favorable.

Todo se mezcla y, al final, llegas. Sueles llegar. Y entonces lo que deseas es repetir, volver a pasar otra vez por ese cachito del camino.

Foto: Hasta Gia - Flickr

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