Estamos en Hervás pero cualquiera diría que éstos no son los caminos de Trives hacia la niñez.
Ya sé que estoy muy lejos de todo aquello, que Extremadura no es Galicia, que no hay retorno posible pero déjame abrir los ojos durante dos días y reconocer el verdor, el olor de la tierra mojada y este impulso de seguir creciendo medio silvestre.
Sólo voy a hacer una pausa, calcular la altura de nuestras sombras sobre la hilera de hortensias, quintuplicar la luna sobre la Fuente Chiquita, empelotarme en las Charcas Verdes, comer un poco más de chorizo o su pruebe, escucharte leer sobre el Sha de Irán, perder la brújula y toda orientación y sentir la energía de los raíles de tren abandonados. Sólo quiero esto. Vencer el vértigo, el tiempo, el compás.
Foto: Chausinho - Flickr
1 comentario:
"Las pieles suaves incitan a tocarse", "Empelotarme en las Charcas Verdes"...
¡¡Sexy blog ya!!
¿Tú has estado en Hervás o en un sex-shop?
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