El sueño se queda colgado a la intemperie, esperando que alguien venga a recogerlo.
"Acuérdate. Una tarde rompieron los espejos
y nunca más supimos cómo éramos. Luego,
cuando te dije adiós, tuve que preguntarte
de dónde habías venido
y quién eras"
Un caso sencillo / Benjamín Prado
miércoles, 1 de julio de 2009
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