lunes, 8 de junio de 2009

Recibo

Atravieso el parque y antes de doblar la esquina para bajar las escaleras me oigo decir que éste es un lunes como cualquier otro para comenzar por alguna parte.

Llamar a M. y a S., aligerar la mente, pedir el borrador de la declaración de hacienda, recuperar la calma, pasarme al tabaco de liar, recordar cómo era eso de concentrar cuerpo y mente en un punto unísono, acariciar la barriga del gato, saber de qué se encarga exactamente un neumólogo y qué tipo de militares habitaban Punta Paloma. Cambiar de compañía telefónica; de hábitos de consumo, si se trata de llegar y de algo más. Engancharme a 'Las uvas de la ira' y que esa sea mi única actividad cerebral. Escuchar llover como quien escucha el viento y el mar en Bolonia.

Nunca pensé que la ubicuidad pudiese ser sinónimo de dispersión.

Trabajar algo, pero poco, si no me piden el alma ni yo quiero dársela. Contarle a S. que estuve en las ruinas de Baelo Claudia y allí estaba su amigo Bónsor; que quiero hacerme coleccionista de teatros romanos, de faros, de puntas de la geografía y vivirlos hasta las entrañas. Que C. me cuente cómo están sus músculos invisibles, cantar hasta que me duela el estómago de tanta risa reconcentrada.

Olvidarme de pagar y de que todo, al final, acaba pasando factura.

1 comentario:

Chesku dijo...

Hermanita pasate al tabaco de liar de verdad, lo notarás en el cuerpo y en la mente! jeje...Gran elección musical como siempre.Me encanta la canción, parece para ti y tu terraza.