Los pies descalzos. El diccionario encima de la mesa. El vaso de cerveza que se columpia a cada palabra, a cada pensamiento que quiere salir disparado y se atraganta cada vez que doy un trago más, otra calada.
Quizás llueva, hemos pronunciado todos los refranes y el tiempo es indiferente cuando no lo tienes. Cuando no pasa y, a la vez, no hay quien lo detenga.
Bienvenido abril, el mes de todos los finales y de todos los principios, aunque nunca se sepa si éste es el orden correcto.
miércoles, 1 de abril de 2009
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1 comentario:
Me acordé ayer, pero no te lo dije. Bienvenido, abril.
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