Descorcho el Torremayor de 'Los persas' para celebrar que el verano empieza, que las voces y los rostros se diluyen, que se apagan las luces. Se acaba el teatro y sigue la vida, ya no tan apacible, más alterada.
Bebo un vino conmemorativo del réquiem y saboreo a solas y de madrugada la huella y los acentos de todos esos momentos regalados a altas horas de la noche y en compañía. En medio de la confusión, cuando nadie te observa, donde menos te lo esperas. Cada pequeño detalle no programado. Ínfimo, frágil, fugaz.
Se acaba la función y empieza el drama de ajustarse a la falta de penumbras.
Es ahora cuando salto más alto, a veces no mido mis fuerzas, vuelvo a tropezar en las mismas ganas, en esa otra mirada, en esta nueva piel cada vez más sensible, menos perezosa. Más yos.
martes, 28 de agosto de 2007
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4 comentarios:
Me desarmas con tus palabras tanto como con tu mirada
Se te sigue puntualmente desde el mundo, no sin ciertos intervalos en la comprensión. Salud!
¿Y si duermes? ¿Y sólo es tu mente quien esparce los recuerdos? Paseas del mar a la luna, de las estrellas al sur, del sur al jardín y entre libélulas, los blancos azulejos se tiñen de rojo, rojo puntero, rojo memoria, rojo olvido, rojo huída, rojo silencio, rojo distancia. 2 días sin soñar son más mundos deshabitados.
¿Y si duermes? Y bajas al portal y caminas sobre el agua, entre luces oscuras, rompiendo miradas pétreas, dibujando el sendero, insinuando un camino, mostrando todas las veredas... Y duermes, y lo que allí sucede es tuyo. Las imágenes que creas. Las palabras que callas. Los pasos que das. O no das. Duermes. Y toda la vida es ahora. Abres y cierras los ojos. Y la luz... y la luz se apaga.
Y si duermes, tu mundo es sólo tuyo. Y fuera de ti... no hay nada.
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