miércoles, 10 de diciembre de 2008

Días I



A veces no me reconozco en el modo cómo la nostalgia se ha ido transformando en un juego de reflejos. En otras piezas del puzzle. En el modo de hablar sin parar con alguien que acabo de conocer. En la manera de socializar y adaptarme ahora que acabo de llegar.

Mi padre me dejó sin lágrimas para otro tipo de ausencias. La CCILE y otro país fueron secando la timidez, el teatro fue sacando el impacto de lo efímero. Ocho años lejos de casa y cuatro ciudades hicieron el resto.

Conservo la necesidad de tocar, de escuchar, de seguir aprendiendo y ser curiosa pero a veces no me reconozco sin la timidez, sin la saudade y eso hace que sean días extraños. Que quiera pararme sólo un momento, a ver si me alcanza mi sombra.

Foto: José Rubio - Flickr

1 comentario:

Isabel Sira dijo...

Hay quien dice que cuando crecemos no cambiamos, solo potenciamos lo que llevábamos dentro, pero yo creo que hay muchas cosas que nos cambian total y radicalmente, y no tiene por qué ser malo.