martes, 20 de mayo de 2008

Lapislázuli

Abro el diccionario por la ele para buscar el significado exacto de la palabra lapislázuli. Mineral de color azul intenso. Azul de ultramar.

Dice Pepe que el color más perfecto de todos cuantos hay en el Prado es precisamente ese, el lapislázuli de las ropas de 'El descendimiento' de Roger van der Weyden. Y sí, quizás tenga razón. Es absolutamente perfecto. Los detalles, minuciosos. Pero reconozco que me gustó más la locura de 'El jardín de las delicias' y mi azul, no dudo, es el del cielo de los almendros en flor que pintó Van Gogh. Un cielo limpio para el nacimiento de su sobrino, un cielo inocente. Un azul tan claro como imposible. Por eso, lo guardo en mi mochila, lo llevo conmigo en la retina y se lo regalo a G. como dedicatoria porque me cogió la mano en aquel momento.

Ese azul resume una búsqueda más amplia, un juego de colores, también besos, que se intercambian con frases de película. ("No hay nada peor que el talento desperdiciado"). La curiosidad, que nos lleva de Amsterdam a Malpartida, de Madrid a Badajoz. Que nos impulsa a coleccionar en la nevera señales de las estructuras, las formas, los datos basura, los materiales. Todavía más lejos... Que me lleva, de nuevo, a sentir la necesidad de pintar mi propio cielo.

2 comentarios:

UnaExcusa dijo...

A mí me impactó El descendimiento y lo busco cada vez que voy al Prado. Como al Bosco.
Me gusta esta relación que se nutre de apretones de mano y neveras.
Pinta, pinta, que yo estoy aquí para ver todos los azules...

Isabel Sira dijo...

Mejor no dejar de pintar cada uno su propio cielo nunca. Los demás nos pueden venir nublados...